La Unión Económica Euroasiática: qué es y quien la necesita

La Unión Económica Euroasiática: qué es y quien la necesita
El pasado 10 de octubre Rusia, Belarús, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán firmaron el tratado de disolución de la Comunidad Económica EuroAsiática (EurAsEc), tras 14 años de existencia.
A partir del 1 de enero de 2015 dará comienza la Unión Económica Euroasiática (UEE), considerada una organización superior en la integración económica y comercial. Rusia, Belarús, Kazajistán y Armenia han sido los primeros países que formarán parte de ella. Y a la espera de ingresar está Kirguistán, con la que en la cumbre de Minsk se firmó una hoja de ruta para su adhesión a la Unión Eurasiática como miembro pleno. De esa manera Rusia revalidará sus prioridades en el esquema regional, tras ser la primera en ratificar un acuerdo que implica la coordinación de una política común en ámbitos claves de las economías: energía, industria, agricultura y transporte, y también libre flujo de mercancías, servicios, capitales y fuerza laboral.
Dentro de la UEE se crearán diferentes instituciones y comisiones con el objetivo de encontrar aproximaciones entre los miembros hacia la política común tributaria, monetaria, internacional (en lo económico). Otra característica importante es que se creará el organismo regional con personalidad jurídica que pueda firmar documentos con otros estados y organizaciones regionales. La sede de la UEE estará en Moscú, el tribunal en Minsk y la reguladora financiera en Almaty.La propuesta integracionista de la UEE abarca un territorio de más de 20 millones de kilómetros cuadrados (geográficamente el más extenso del planeta), y una población superior a los 170 millones de habitantes. Por el volumen de su PIB ocupará el sexto lugar en el mundo. Los países integrantes poseen enormes reservas de recursos naturales, en particular, controlan la quinta parte de las reservas mundiales de gas y casi el 15% de las de petróleo.El fundamento de la Unión Económica Euroasiática procede de la Unión Aduanera, el mecanismo clave que sigue funcionando y cuyo código aduanero entró en vigor en 2010, lo que significó la eliminación de aranceles en las fronteras ruso-bielorruso-kazajas, y el establecimiento de la tarifa exterior común respeto a terceros estados. El principal iniciador de la Unión Aduanera fue Rusia, y el proyecto es una parte fundamental de la Unión Euroasiática, una proyección geopolítica que formaba parte de la campaña electoral de Vladimir Putin del año 2011.
VentajasEs evidente que cada estado miembro espera obtener importantes ventajas de esta unión. Para Rusia es un proyecto geoeconómico y político, que tratará de recuperar su papel en el área internacional, y también regional a través de la involucración de Kazajistán y, a posteriori con otros estados, para hacer frente a otros actores regionales como China, que últimamente ha conseguido posicionarse en Asia Central a través de proyectos económicos conjuntos con los países de la zona. Tomando en cuenta que la economía de Rusia y del resto de países está basada en materias primas, podrían surgir conflictos de interés considerable.
Algunos expertos consideran que el aceleramiento de los procesos de integración por parte de Rusia ha dado sus frutos con medidas y acciones en contra de las sanciones de Occidente. Así, la UEE es vista como una respuesta a los acontecimientos geopolíticos de la actualidad, y tiene una importancia primordial para Rusia al mantener a sus aliados o vecinos cerca, y no permitir que se alejen como ha ocurrido con el caso de Ucrania.
Para Kazajstán también podría ser provechosa la Unión debilitando a su antiguo rival Uzbekistán en la zona.En el caso de Belarús está claro que va a ser imposible alejarse de su socio y hermano mayor Rusia. Además, en la unión Rusia-Belarús existe un proyecto político más que económico. La política de vecindad europea ha fracasado en Belarús por completo, y es difícil exigir cambios estructurales y políticos sin ofrecer nada o casi nada o muy poco a cambio. La ayuda económica se ha ido reduciendo y las restricciones y el proteccionismo de los mercados, tanto europeo como bielorruso, son suficientemente conocidos, y ello a pesar de que hace tan solo cinco años la UE era el socio número uno del país. En la actualidad Rusia es para Belarús un socio económico vital.
Sin recursos naturales importantes, el país supo aprovecharse de la diferencia de otros miembros de la UEE, y desarrollar o mantener su industria de los tiempos soviéticos, aunque es verdad que la más ventajosa todavía está por decidir: los rusos no dejan vender los productos derivados de petróleo tal y como le interesa a Minsk, cuestión que está regulada hasta el año 2015 a cambio de la ratificaciones del acuerdo de la UEE, pero en 2016-2017 se prevén ya otra ronda de negociaciones.

Armenia está situada en una zona de grandes tensiones, y tampoco posee recursos naturales, al tiempo que mantiene la disputa territorial de Nagornii Karabaj con Azerbaiyán, un país de gran interés para la UE, por su volumen de negocio de vital importancia. Y Azerbaiyán supo también llegar a un acuerdo con los rusos sobre el Mar Caspio.
Para una nación como Kirguistán, con su débil economía, la unión podría suponer unas nuevas inversiones rusas y el fortalecimiento de su lobby en Moscú y Astaná. Cabe destacar que después de dos revoluciones y en unas condiciones desfavorables, el presidente debe ofrecer un proyecto político y económico diferente, lo que junto con la ayuda de Rusia y Kazajstán podría volver a aliviar su economía.
A todas estas repúblicas les une su pasado soviético común, y una infraestructura complementaria que hace dificil que una pueda funcionar sin la otra, y algunas poseen recursos naturales importantes que podrían ser un complemento para los que no los tienen. Hacia tal unión les empuja también el fenómeno de la propia globalización, de la que no pueden escaparse y les lleva hacia la integración. Ello hará que el comercio entre dichos países puede aliviar el mercado interno, y defenderse ante amenazas externas.
En otro orden, la nueva UEE ha comenzado a despertar interés en otros países como Vietnam, Siria, Israel, la India, e incluso Turquía o Irán, junto con organizaciones como Mercosur, ASEAN, etc., para establecer un régimen especial de comercio.
InconvenientesA pesar de todas las ventajas expuestas, hay que entender que el tamaño del mercado no es suficiente para reactivar la economía en todas ellas. Los problemas no se resuelven sólo con la población, y las perspectivas actuales indican que el intercambio comercial entre los miembros de la UEE se ha reducido recientemente debido a un lento crecimiento de las economías, reduciéndose el nivel de las inversiones mutuas. No está suficientemente desarrollada la industria, y la fuente de financiación principal -el precio de los recursos energéticos- sigue bajando.
Los mercados de la Unión Económica Euroasiática son muy diferentes entre sí respecto a su densidad de población; Belarús tiene 9 millones de habitantes, Kazajstán 17 y Armenia 3, en comparación con los 144 millones de Rusia.La entrada de Rusia en la OMC en el año 2012, fue según los expertos, ventajosa para algunos sectores, y propició que se dieran los pasos necesarios para liberalizar más el mercado. Sin embargo, otros estados de la UEE no forman parte de esa organización, salvo la incorporación en un futuro de Kirguistán, uno de los países más frágiles de la zona, por lo que habrá que tomar en cuenta esas diferencias. Y también es verdad que dicha situación podría a su vez simplificar en un futuro la entrada de otros estados en la OMC.
Los bielorrusos y kazajos no tienen un optimismo especial sobre la creación de órganos supranacionales, por eso aplican el término «económico» para evitar hablar de la influencia política y la posible pérdida de una parte de su soberanía. Desde hace años podemos observar que la forma de negociación de los rusos con sus partners menores se ha orientado hacia las guerras de leche y otros productos. Ni Astaná ni Minsk tienen una posición oficial sobre Occidente y sus sanciones contra Rusia, y Belarús no quiere cerrar sus fronteras ni dejar de negociar con Polonia, Lituania u otros socios comerciales. De hecho, actualmente y por el momento no es ningún secreto que de alguna manera es el beneficiario de las sanciones contra Rusia.
Las encuestas indican que la opinión pública está siendo favorable a estos procesos de integración, aunque su apoyo está disminuyendo, sobre todo en Belarús y Kazajistán.
A la estabilidad futura de esta nueva comunidad económica, hay que añadir que la incorporación de un nuevo socio como Kirguistán, que tiene frontera común con Kazajistán y China, y muy probablemente también en un futuro Tayikistán (que tiene frontera con Afganistán!), dos países con pequeñas economías, derivaría en graves problemas fronterizos, inmigración ilegal, drogas e islamismo, que hoy inquietan seriamente a Kazajistán.
Para aquellos empresarios que se encuentran menos enfocados en Rusia, ser miembro de la Unión significa una gran pérdida, ya que las importaciones de China, con quién Kirguistán actualmente posee un tratado de libre comercio, al ser ambos países miembros de la Organización Mundial de Comercio, subirían de precio. Además, con la introducción de una moneda común existen riesgos sociales para todos los países, y en menor medida para Rusia. Para suavizar tales riesgos es indudable que Rusia tendrá que ayudar al desarrollo de esas economías, y al mismo tiempo promover la integración no sólo desde arriba sino a todos los niveles de la sociedad.

ConclusionesLa UEE y la Unión Aduanera no son estructuras estáticas, a pesar de todos los inconvenientes que presenta para alguno de los países firmantes, pero no deja otra opción viable que no sea la de formar parte del proyecto regional para poder proteger su economía y no quedarse apartado.
Habrá que ver con detalle las perspectivas reales que ofrece en un futuro la Unión Económica Euroasiática para cada país, tomando en cuenta que todavía están por firmar unos cuantos documentos adicionales, y renegociar algunos puntos importantes, aparte de las sanciones a Rusia que podrían afectar a todo ese plan. Hasta hace poco la unión no se veía que fuera posible sin Ucrania, dada la importancia de su historia, cultura y de la fuerza de su economía, destrozada en la actualidad por la guerra, pero ahora está claro que su incorporación es bastante improbable. Rusia tiene como objetivos no perder a los otros miembros, además de mantener su influencia en la región y aumentar su importancia internacional. Y habrá que ver con qué ojos las élites de esos países van a ver este proyecto regional y como lo valorará a posteriori la sociedad civil, sin mencionar las reacciones de los otros actores globales.

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