¿Realmente existen los antisistemas en España?

¿Realmente existen los antisistemas en España?
Ya hablaba Marx de la destrucción del sistema capitalista, para ello, afirmaba que «los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos»; y aconsejaba que «de lo que se trata es de transformarlo». Para Marx no hay duda que «el capitalismo es la fuente de la alineación última y más profunda, como un sistema que convierte al trabajador en un capital, en una mercancía». Siendo así esta despersonalización del ser humano, el capitalismo debe ser inapelablemente conducido a su demolición, sustituido por otra sociedad sin clases y sin jerarquías, antisexista y antimilitarista, entre iguales . Creo que resulta ser crucial el definir conceptualmente los conceptos «sistema» y «antisistema». Un sistema es un compuesto de partes interdependientes muy complejas. Éste estará compuesto por el centro, en el que se hallará todo aquello que esté relacionado con lo institucional, con el orden establecido, con lo legal; también contará con la periferia, en la que se encontraría todo lo que no tuviese que ver con lo institucional, estaría fuera del sistema, siendo lo considerado como ilegal. Para Karl Loewestein un sistema será «una sociedad habitualmente estatal, que vive bajo una ideología concreta, socio-política, ética o religiosa, a la cual corresponden determinas instituciones destinadas a realizar dicha ideología dominante». Podemos decir a día de hoy que el sistema legitimará su insuficiente grado de representación popular real a través de una democracia . Por su parte un antisistema será aquel que se sitúe en la periferia del sistema, y cuya función será la de golpear una y otra vez, aprovechando todas las oportunidades que se le brinden para poder pasar de la periferia al centro, y así poder hacerse con el sistema establecido para cambiarlo. En realidad hay que tener presente que cuanto más rica sea la sociedad y menos injusta, mayor será el centro, menos será su periferia, y mayor la estabilidad del sistema. En la periferia podremos encontrarnos con grupos que desean acceder al centro, y que aprovechan las tensiones dentro del mismo centro, y entre éste y la periferias para acceder a ese centro. En el caso español el movimiento del 15M hubiese podido ser considerado como un antisistema, sobre todo por las características del mismo, que rompían con las formas organizativas y estructurales a las que estamos acostumbrados a tratar los politólogos en el ámbito del comportamiento político. Más adelante veremos como este movimiento a día de hoy forma parte del sistema.
Algunos a día de hoy perciben una posible insurrección que pueden llegar a denominar como revolución, si viene desde movimientos de la denominada extrema derecha, la cual puede llegar a causar conflictividad social, pero hay que tener en cuenta que el movimiento 15 M el cual encabezó la extrema izquierda, también jugará su papel, habiéndose instalado a día de hoy en el sistema político de manos de grupos políticos como «Podemos», por lo que habrá dejado de ser un movimiento antisistémico. los argumentos sobre la necesidad imperiosa de organizar una rebelión contra el capitalismo están divididos en dos grandes bloques: uno, en el que los desconocidos autores intentan demostrar que el sistema, «desde cualquier ángulo que se mire, no tiene salida», pero que hay que desconfiar de muchos grupos y sus propuestas, que actúan para diluir el potencial de rebelión que se puede congregar entre los movimientos con ideas y prácticas antisistema; y otro, en el que proponen un proceso de transformación «que está por construir», en el cual «nada parece menos probable que una insurrección, pero nada resulta más necesario». Nos encontramos, a su juicio, ante una situación de «conflicto y de crisis difícilmente gestionables por los gobiernos», y que los sujetos sociales anticapitalistas debiéramos considerar como óptima para diseñar un proceso de rebelión. Un proyecto que elaboran bajo los enunciados de en marcha, encontrarse, organizarse e insurrección, con el objeto de desencadenar ese proceso que conduzca a la transformación definitiva del sistema capitalista .
Como bien sabemos a día de hoy el que podía haber sido considerado como un movimiento antisistema, como es el caso del 15 M, ha sido asumido y asimilado por el grupo político conocido como «Podemos», el cual ha obtenido unos muy buenos resultados tanto en las elecciones europeas como en las municipales y autonómicas, por lo tanto se podría decir que ha pasado de ser un grupo antisistémico, a uno sistémico al haber llegado a tocar poder, tendremos que esperar para ver si sus políticas son revolucionarias, y finalmente ayudan a cambiar el orden establecido.
En relación a los grupos denominados por el propio sistema como ultra derecha o de extrema derecha, podemos decir que en España a día de hoy aunque en algunas zonas han logrado representación local significativa, en cuanto a concejales se refiere, como es el caso de España2000, resulta insuficiente para poder hablar de que sean fuerzas que puedan golpear a este sistema y destruirlo o modificarlo.
Bien es cierto que la propia Fiscalia ha considerado la actuación policial como la más eficaz para mantener controlados a los antisistemas. Así pues, podríamos decir que el sistema cuenta con los mecanismos necesarios, y los utiliza, para controlarlos. Esto implicará en ocasiones incluso las detecciones. Hay que tener en cuenta que no siempre estas organizaciones son de carácter ilícito, por eso a veces hay que esperar a que comentan cierto tipo de delitos. La Fiscalia junto con la Policía suele utilizar las mismas tácticas de control que llevan a cabo con las bandas juveniles, ya que dentro de estos grupos suele haber siempre la implicación de jóvenes.

La eficacia que ha tenido la intervención en la lucha contra estos movimientos de carácter antisistémico ha venido a raíz de la Instrucción 23/2005, de 7 de diciembre, de la Secretaría de Estado para la Seguridad, por la que se desarrolla y ejecuta el «Plan de actuación y coordinación policial contra grupos organizados y violentos de carácter juvenil». Se constituye como un referente a partir de 2005 al que se le atribuye el descenso paulatino de las detenciones en los últimos años .
Actualmente no podemos hablar realmente de la existencia de unos antisistemas que puedan llevar a cabo cambios significativos en el sistema imperante, ya que el propio sistema cuenta con las herramientas necesarias como para o bien acabar con ellos o tenerlos controlados tanto desde dentro como desde fuera. Bien es cierto que existen grupos que desean un cambio radical de valores, de formas de hacer, de corte militar en el ámbito de la extrema derecha, los cuales desearán el cambio, llegando a pretender sustituirlo por otro.
Según el informe Raxen, el cual habla sobre sobre racismo, xenofobia, antisemitismo, islamofobia, neofascismo y homofobia, en los últimos años, los militantes y simpatizantes de organizaciones neonazis en España han pasado de 3.000 a un número que fluctúa entre 10.000 y 11.500, por encima de los 10.450 que tienen censados en Alemania. La Policía, la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra (cuerpo policial de Cataluña) tienen detectados múltiples grupúsculos de ultraderecha que han hecho en los últimos años del rechazo a las personas de origen extranjero, la islamofobia y el antisemitismo el eje de su ideario. Otro dato a destacar es que la crisis económica ha aumentado la xenofobia y los prejuicios contra la población extranjera, así como la creación de grupos «que integran una nueva ultraderecha, que se está forjando en los últimos años». El estudio detecta que se han desarrollado diversos grupos, plataformas y partidos de corte marginal los cuales configurarán una nueva ultraderecha que agita, convoca manifestaciones y realiza sistemáticamente propaganda contra la inmigración y la diversidad, poniendo en peligro la cohesión y la convivencia, afirman los autores que elaboraron y presentaron la ponencia sobre las bandas juveniles violentas en España.
Hay que tener en cuenta uno de los factores principales para que surjan grupos en la periferia del sistema, que puedan llegar a ser catalogados como de «antisistema» es la crisis de la representación política, y ésta se producirá por el incremento de la exclusión socioeconómica debida a la insistencia en luchar contra el ciclo económico mediante la inversión, del desendeudamiento empresarial y del comercio exterior en lugar de hacerlo por la vía de la expansión salarial, de la reactivación del consumo y del autocentramiento de las economías eurocontinentales; también aparecerá por el incremento de la segregación social, con la existencia de bolsas de pobreza, llegándose a dar una sobreelitización. Resulta interesante señalar que la citada sobreelitización generará el hundimiento de los rasgos ideológicos diferenciadores que podrían definir distintas alternativas de poder. Así pues en nuestro caso si ha ido a una especie de partido único, defensor por antonomasia del pensamiento único preestablecido, o lo que es lo mismo, aunque se diga que son de derechas o de izquierdas, como se ha podido comprobar, el tipo de políticas públicas que llevan a cabo son muy similares, y hay que destacar que cuentan con un elemento común: Ambos luchan por mantenerse en el centro del sistema, y así mantenerlo sin que se produzcan grandes cambios. Hay autores que han denunciado la existencia y crecimiento del denominado «pensamiento único», como son: Ignacio Ramonet, Noam Chomsky, I. Ward y J.F. Kahn. Bien es cierto, que la utilización del término por parte del primero de los autores citados es meramente económica, habiendo sido desarrollada por Petrella, profesor de la Universidad de Lovaina, en un trabajo cuyo título era «Las nuevas tablas de la ley» en la que se establecen 6 mandamientos, los cuales son: 1º. La mundialización de las finanzas, del capital, de los mercados, de las empresas y su estrategia; 2º. La adaptación a las revoluciones científicas y tecnológicas en los ámbitos de la energía, los materiales, la biotecnología y las comunicaciones, teniendo presente que se trata de innovaciones de procedimientos y fabricación y no tanto de productos, lo cual acarrea pérdida de puestos de trabajo; 3º. Todo lo ya expuesto conduce a la ultracompetitividad; 4º. Hay que ir a un espacio mundial único en el que no tendrán sitio protecciones de ningún tipo;5º. Para ello, hay que desregular los mecanismos de dirección y orientación de la economía; y 6º. La privatización al máximo de la estructura económica.

Vamos a acercarnos a lo expuesto por Pareto para hablar de esta crisis que actualmente sufrimos en nuestro sistema político, así se dirá que el primer paso hacia la resistencia a la votación (actitud rebelde y meramente antisistema) es la votación en favor de líderes alternativa en los congresos de los partidos, luego vendrá la abstención en las elecciones, la cual tendrá sus causas (los ciudadanos se movilizan, cayendo así la abstención, cuando el resultado interese, pero no esté claro, o cuando han notado que el peligro de destrucción del Sistema es aceptado o se ve como un mal menor; la desmovilización del voto con el grado de estabilidad o resistencia o fortaleza del Sistema, no se votará porque no se verá como necesario, o bien porque es inútil; y la abstención aumenta por el incremento de cierta insatisfacción, así se protestará dejando de votar (últimas elecciones casi un 50% de la población no fue a votar), también si se está afiliado se dejará de pagar la cuota o se desafiliará, también se dejará de acudir a los actos que realice el partido, y si la situación de malestar persiste se empezará a pensar en llevar a cabo actos de rebeldia, o sea a convertirse en un pro antisistema).
La idea de acción antisistema no es ajena al concepto de resistencia, el cual se contrapone al de tiranía. Ya en su momento Eurípides afirmaría: «No tiene la polis peor enemigo que el déspota, bajo quien, en primer lugar, no puede haber leyes comunes, sino que uno gobierna teniendo en sus manos la ley». Y para Esparta, sus hijos morirían en las Termópilas para defender su ley, frente al despotismo asiático.
En la actualidad no parece que existan reales movimientos antisistema, tal vez tengamos que esperar a que el tiempo y las políticas públicas que se vayan a ir desarrollando por grupos políticos como Podemos nos digan si en realidad promovían o promueven el cambio, o si por el contrario son meros sostenedores del sistema, y en realidad se habla de esta fuerza política porque se desconoce la existencia real de otras que cuenten con la suficiente importancia como para producir grandes modificaciones en el sistema español. A día de hoy se podría hablar de la existencia de un antisistema mundial, al hablar de ISIS, ya que sus defensores y partidarios hablan de la creación del califato mundial, y su deseo es romper con el actual sistema capitalista e imponer sus propias reglas del juego, muchas de ellas llevadas al extremo, en cuanto a creencias religiosas se refiere. España es uno de los países que está en el punto de mira de ISIS, observemos su evolución en los próximos años, y esperemos que se le impida llevar a cabo las actuaciones que pretenden hacer, como son el expansionismo, y la lucha contra el infiel. ISIS reclama lo que considera que se le robó, y a lo que llama el Al-Andalus, queriéndose hacer con el control de toda la Península Ibérica, para posteriormente seguir expandiéndose hasta alcanzar el califato mundial, objetivo que pretenden cumplir en los próximos años. Resumiendo vivimos el hipercapitalismo mundial y se ven indicios de estar en el camino hacia el cambio del sistema, siendo sustituido nuestro sistema actual por el Califato Mundial.
Bien es cierto que llevan años actuando en el territorio de Irak, los medios de comunicación no se percataron de la existencia del grupo hasta mediados de 2014, cuando al-Baghdadi proclamó el nuevo Califato Islámico e hizo públicas sus intenciones: conquistar bajo su mando todo el mundo musulmán.

La idea de reestablecer un califato global regido por la Sharía, la ley islámica, está acompañada por una interpretación del Islam desde el wahhabismo más extremista. El wahhabismo es una corriente religiosa dentro del sunnismo, la rama mayoritaria del Islam. Precisamente, el wahhabismo destaca por su rigor en la aplicación de la Sharía y por un constante deseo de expansión por el mundo. De esta forma, el grupo Estado Islámico tiene una importante base religiosa y ética sobre la que apoyar sus ideas y acciones.
Defensores de la población suní, los yihadistas de EI han marcado objetivos muy claros: los chiíes, los cristianos, las minorías religiosas y los gobiernos de prácticamente todos los países.
El Estado Islámico ha comprendido que en el S.XXI la guerra no sólo se hace en el campo de batalla, sino también en las redes sociales. Aunque Twitter ya ha suspendido alguna de las cuentas, lo cierto es que el grupo tiene un «ejército» de simpatizantes y varios perfiles desde donde informa de la actualidad de sus acciones y exalta el espíritu wahhabista .
Estado Islámico ha llegado para quedarse. Tiene la organización, la fuerza y el apoyo necesarios para continuar con su actividad durante mucho tiempo. Además de eso, ya tienen una base territorial sobre la que comenzar a trabajar y a construir sus objetivos. En el proclamado Califato Islámico controlan el territorio, las carreteras, la economía, la sociedad… y tienen el apoyo popular suficiente para consolidar su poder. El hartazgo de la población suní a los gobiernos sectarios de Irak ha ayudado mucho a EI. Por eso podemos decir que si se llegase a instaurar estaríamos ante un antisistema que rompería con los valores que imperan en el actual sistema capitalista y con la propia democracia. Y ya hemos visto que España es uno de sus objetivos principales.
Notas:
– Karl Marx. «Tesis sobre Feuerbach». En La ideología alemana. p.668. Grijalbo. Barcelona 1972.
– Verstrynge, Jorge (1997). Los Nuevos Bárbaros. Centro y periferia en la política e hoy, Barcelona: Grijalbo
– Iglesias Fernández, José en «Antisistemas, el otro manifiesto contra el capitalismo», síntesis del libro «la insurrección que viene».
– Florencio Vicente Castro; María Luisa Pérez Ruíz; Virgilio García Aparicio; María Gordillo Gordillo; Pablo Antonio Gallego Meseguer (2012). Bandas juveniles violentas en España, Universidad de Extremadura
-http://elordenmundial.com/regiones/oriente-medio/estado-islamico-el-nuevo-enemigo/

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    Acerca de Ana Mª Hernández Fernández

    Es licenciada en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid.Especialista en cuestiones de Género, Inmigración y Protección social. Ha sido experta para proyectos europeos. Actualmente es coordinadora de diferentes programas de inserción sociolaboral en España.