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Stanley Payne en la historia

Stanley Payne, el hispanista de referencia mundial y presidente de honor de Kosmos-Polis, ha ganado el Premio Ensayo Espasa 2017 con la obra En defensa de España: desmontando mitos y leyendas negras. El ensayo se publicará a mediados de octubre y va a suponer un gran revulsivo sobre las tergiversaciones y falsificaciones que a lo largo de los siglos se han ido acumulando sobre la historia de España. Será todo un referente. Para quien, como en mi caso, ha tenido el alto honor de poder compartir horas de trabajo, investigación y estudio junto al Profesor Payne, y la satisfacción de haber publicado varias obras con él, la noticia me llena de orgullo. Por ello, y como homenaje a la obra y a la figura de tan excelso historiador, adelanto estas reflexiones en nuestra revista www.kosmospolis.com, cuyo trabajo forma parte de un libro coordinado por el catedrático Luis Palacios dedicado al Profesor Payne, que verá la luz igualmente este próximo otoño.

Hablar sobre Stanley Payne es hablar sobre España, sobre su Historia Contemporánea, sobre su historia general, porque Payne ya forma parte de ella. Sus innumerables contribuciones a la historia de España, y de forma muy especial a la etapa contemporánea, lo sitúan por derecho propio como el historiador más relevante y fundamental entre todos los hispanistas.

Fue una feliz suerte del destino que aquel mozalbete alto y espigado, natural de Denton (Texas), e hijo de padres desplazados a causa de la Gran Depresión, se decidiera por el estudio del idioma español, y posteriormente por la historia de aquella nación tan controvertida. Otra opción hubiera sido el estudio del ruso y de la historia de Rusia, con lo que, sin duda alguna, Rusia hubiera recibido una importante contribución a su historia. Pero lo cierto es que ya por aquellos años de la Guerra Fría, investigadores norteamericanos sobre Rusia había muchos y sobre la España reciente prácticamente ninguno.

Con una beca para sus estudios de doctorado y el buen criterio de uno de sus profesores de la Universidad de Columbia, se decidió por hacer una tesis sobre Falange. En Estados Unidos trabó contacto con líderes exiliados de la época republicana, como Joaquín Maurín, entre otros muchos. Viajó a París donde conoció a Diego Martínez Barrio, que fuera presidente de las Cortes de la República, y ejercía entonces la simbólica presidencia de la República en el exilio, a José Antonio Aguirre, presidente en el exilio del nacionalismo vasco y a Julián Gorkin, entre otros muchos. Todos ellos le animaron a investigar sobre la España republicana con diferentes matices y le proporcionaron numerosos contactos. En España conoció a Dionisio Ridruejo, Manuel Hedilla y otros muchos líderes falangistas. Además de la bibliografía conocida, la base principal para realizar aquel trabajo de campo consistió en entrevistar a todos los falangistas vivos con alguna responsabilidad en la etapa fundacional, Guerra Civil y primeros años del franquismo. Aquella fue una historia oral, y una tesis doctoral que se publicó en Estados Unidos en 1961 con el título Falange: A History of Spanish Fascism.

En la España de entonces era impensable que una obra así se pudiera editar, y la edición española se hizo en Francia con el sello Ruedo Ibérico en 1965, y con el título Falange: historia del fascismo español. Gracias a una nueva beca, el joven hispanista volvió a viajar a España en 1962 y 1963 para investigar sobre la España de Franco, los militares y el nacionalismo vasco. Sus contactos y posterior estrecha amistad con Juan Linz, con el historiador catalán Jaime Vicens Vives y el carlista Javier de Lizarza, le sirvieron para ampliar su visión sobre España. El resultado fue la edición de las obras Politics and the Military in Modern Spain (1967), Franco´s Spain (1967) y Spanish Revolution (1970), cuya primera edición en España no se hizo hasta 1972. Situándose ya como uno de los investigadores principales de la España del siglo XX, publicó sucesivamente A History of Spain and Portugal, en dos tomos en 1973, sin que hasta el momento se haya editado en español; El nacionalismo vasco desde sus orígenes a la ETA (1974; la edición en inglés Basque Nationalism en 1975), La revolución y la guerra civil española (1976), Fascism: Comparison and Definition (1980), Spanish Catholicism: An Historical Overview (1984).

Todos estos títulos, singularmente los editados en Ruedo Ibérico, dieron a Payne una aureola de historiador ‘progresista’ entre los sectores izquierdistas e historiadores afines, situándolo en su círculo propio -«uno de los nuestros»- en su lucha contra el franquismo. Sin embargo, y con el tiempo, los historiadores que han hecho de la historia un campo para la ideología y la propaganda, han ido rectificando su concepto sobre Payne, hasta colocarlo en el bando ‘conservador’ por su evolución con los años. Se trata, sin duda alguna, de un argumento falaz que no resiste la más mínima evidencia, pues el Payne que escribió La España de Franco en 1967, o sobre el fascismo, la Guerra Civil, la Falange y la II República en los años en los que la izquierda lo alababa, es el mismo historiador, con los mismos principios de honradez y rectitud profesional, que décadas después ha escrito sobre los mismos asuntos en títulos como Franco: el perfil de la historia (1992), El fascismo (1995), Franco y José Antonio: el extraño caso del fascismo español (1996), Unión Soviética, comunismo y revolución en España (2003), El colapso de la República (2005), Franco y Hitler; España y Alemania en la Segunda Guerra Mundial (2008), España, una historia única (2008), Franco, mi padre (2008, escrita con este autor), Por qué la República perdió la guerra (2010), Civil War in Europa 1905-1949 (2011), Franco, A Personal and Political Biography (2014, escrita con este autor) y El camino al 18 de julio (2016)…

La historia es una ciencia propicia para el debate y la batalla de las ideas, pero nunca lo debe ser para la ideología y la propaganda. El historiador investiga sobre datos, fuentes, testimonios, archivos y bibliografía. Con todo ello crea su trabajo y aporta su valoración, pero jamás lo debe hacer de forma sectaria y manipulada. El problema del siglo XX español, y particularmente la II República, la Guerra Civil y la dictadura de Franco, es que se ha convertido en un campo abonado para hacer política partidista del pasado en el tiempo presente. El pacto político de la Transición, basado en el consenso y la concordia, pareció que iba a superar esa forma de hacer historia. Lamentablemente, la mal llamada Ley de Memoria Histórica del presidente José Luis Rodríguez Zapatero -un Parlamento democrático legislando sobre la memoria (individual) y la historia (objetiva y universal)-, ha retroalimentado aquellos períodos hasta el absurdo de traer a Franco al debate político actual, intentando presentar la República como un espacio de tolerancia y democracia, y la Guerra Civil entre la defensa de la democracia de los buenos (Frente Popular) y los malos (bando nacional), reavivando con ello un espíritu guerracivilista de revancha y odio, con el bochornoso espectáculo de contemplar cómo se derriban monumentos, se erigen otros de los adversarios, y se cambian las calles de manera grotesca, falsaria y espuria.

La historia ni se debe escribir ni reescribir desde la ideología y la propaganda, porque eso no es historia, es hacer política partidista y sectaria. La historia es un campo de acción y de investigación siempre vivo, que se nutre de las aportaciones en base a las fuentes y a los archivos, y a una metodología de trabajo serio y profesional, independientemente del pensamiento político del historiador. Los nuevos hallazgos la revisan y ajustan, y los datos no se discuten si se aportan con objetividad. De ahí, el mantra del revisionismo lanzado desde las posiciones de historiadores izquierdistas especializados en retorcer la historia, que anatemizan de ‘revisionista’ al investigador e historiador que deshace sus manipulaciones. El revisionismo de Eduard Bernstein echó abajo muchos de los postulados del marxismo, por lo que inmediatamente dicha doctrina fue tachada por los más puristas revolucionarios marxistas y comunistas de contrarrevolucionaria y de traidores a quienes la practicaban. Y muchos fueron eliminados.

Una corriente de historiadores marxistas ha intentado establecer como verdad inmutable su visión de la historia. Y en el capítulo español, el convulso siglo XX, singularmente. La derecha no se ha enterado de esto, porque es reacia a plantear batalla en el campo de las ideas y en el ámbito cultural. Y ni siquiera sabe quién es Antonio Gramsci. Sin embargo, tachar hoy de revisionistas las aportaciones e investigaciones históricas de quienes no moldean la historiografía en el caldo marxista ha decaído y fracasado. La acepción peyorativa y negativa de ‘revisionista’ se ha visto superado por la realidad de los hechos. Y esto es así porque todos los ámbitos de las ciencias están en permanente revisión, y la historia como tal no es una disciplina ajena a ello.

El profesor Payne se ha mantenido siempre en la misma posición. Desde los tiempos de un joven doctorando en los que la ficha policial franquista le calificaba de «inocentón, pero interesante por sus investigaciones y contactos», hasta el tiempo actual de octogenario en plenitud de facultades. Sus trabajos y aportaciones han sido creados desde el rigor y la objetividad. Y esa ha sido su grandeza dentro de su impresionante sencillez. En todo momento ha pretendido y logrado hacer España inteligible (Julián Marías). Sus inteligentes aportaciones a la Historia Contemporánea son fundamentales, y el esclarecimiento de la bruma que ha encerrado a la Segunda República, la Guerra Civil, Franco y el franquismo absolutamente decisivos. Por su personalidad y bonhomía se ha llevado bien con todos sus colegas historiadores, profesores e investigadores, tanto de la izquierda como de la derecha o liberales. Jamás ha hablado mal de nadie, aunque otros se hayan sentido consternados y le hayan criticado por su recto proceder. Sus análisis y críticas sobre las obras de otros han estado marcadas siempre desde el respeto personal y profesional. La amistad trenzada a lo largo del tiempo con personalidades como Juan Linz, Javier de Lizarza, Edward Malefakis, Hugh Thomas, Javier Tusell, Walter Laqueur, Jaime Vicens Vives, Nigel Townson, Michael Seidman, John Coverdale, Burnett Bolloten, Ignacio de larramendi, Luis Pericot, Luis Palacios, Manuel Pastor, Javier Rupérez,  Robert Stradling y con este autor, entre otros muchos más, así lo corroboran, siendo legión sus amigos y admiradores en Estados Unidos, Reino Unido y España.

Su contribución a la historia de España y muy especialmente a la Contemporánea son determinantes. Imprescindibles. En obras como A History of Spain and Portugal (1973), que exige cuanto antes una edición en español, Ejército y sociedad en la España liberal (1977), España, una historia única (2011), y en el próximo ensayo histórico que se editará en octubre de 2017, así como en numerosos artículos académicos, entrevistas y declaraciones, Payne rebate el mito de la excepcionalidad de España en su visión negativa y reduccionista, al sostener con fuentes y datos que la historia de España es cierto que es única y excepcional en el mundo, pero no por su atraso y complejos, y ni mucho menos por la propaganda perversa y falsa de la Leyenda Negra, sino por los valores que ha aportado a la civilización y al desarrollo de la cultura occidental, por sus principios morales y por la expansión del cristianismo en el mundo. La gesta de la reconquista de la Península Ibérica al islam y su recuperación para el mundo cristiano, dice Payne, es algo tan excepcional, el único pueblo que en la historia lo ha conseguido, que ya sólo por ello hace de España algo única en la historia del mundo. Y la epopeya del descubrimiento, evangelización y desarrollo del Nuevo Mundo algo universal.

En The Spanish Revolution (1970), Spain’s First Democracy (1993), Unión Soviética, comunismo y revolución en España (2003), El colapso de la República (2005), ¿Por qué la República perdió la guerra? (2010), Alcalá Zamora, el fracaso de la república conservadora (2016) y El camino al 18 de julio (2016), Stanley Payne demuestra que en la Segunda República nunca se consolidó la democracia, que se vio acosada por diversos procesos revolucionarios y golpistas y que en la primavera de 1936, tras unas elecciones que dieron la victoria al Frente Popular mediante fraude electoral y violencia, la República colapsó al destruir una endeble democracia que ya no servía al proceso revolucionario, viéndose abocada a la confrontación y la guerra civil, tras la rebelión militar de una parte del ejército y de la sociedad.

Los estudios de Payne sobre el fascismo en Fascism, Comparison and Definition (1980) e Historia del fascismo (1995), son realmente magistrales sobre la implantación y desarrollo del fascismo en Europa. La variente española afrontada en Falange: A History of Spanish Fascism (1961) y en Franco y José Antonio: el extraño caso del fascismo español (1998), tuvieron la virtud de ser el primer trabajo académico objetivo sobre Falange (1961), y de plantear las verdaderas relaciones entre Franco y José Antonio y el papel de la Falange en el régimen franquista (1988). Su obras sobre la Guerra Civil; La revolución y la guerra civil española (1976), Cuarenta preguntas fundamentales sobre la Guerra Civil (2006), ¿Por qué la República perdió la guerra? (2010) y The Spanish Civil War (2012), rechazan el maniqueísmo entre buenos y malos, y la establece en un proceso revolucionario enfrentado a otro contrarrevolucionario, en el espíritu de las guerras civiles europeas del siglo XX (Civil War in Europa: 1905-1949), que fueron guerras ideológicas y culturales basadas en el exterminio y la aniquilación del contrario.

El análisis sobre la figura de Franco y su régimen de dictadura personal, es sin duda la parte más extensa de la investigación académica del Profesor Payne. Estudios como Franco’s Spain (1976), The Franco Regime (1978), Franco, el perfil de la historia (1992), El primer franquismo (2005), La época de Franco. La España del Régimen (2010), y escritas con este autor, Franco, mi padre (2008) y Franco: A Personal and Political Biography (2014) lo expresan con rotundidad. En dichas obras define la figura de Franco y su controvertida personalidad, sus años de infancia, adolescencia y su diferente relación con sus padres, su formación militar y su forja guerrera en África, el papel leal y de acatamiento a la legalidad de la Segunda República, frente a sus convicciones monárquicas, su exaltación a la Jefatura del Estado y por qué venció de manera absoluta en la Guerra Civil, la construcción de su largo mandato en forma de dictadura personal, la metamorfosis de Franco en las diferentes etapas de su régimen y su evolución hasta desembocar en la designación de su sucesor en la figura del príncipe Juan Carlos, instaurando de nuevo la monarquía en España, cuyo inmediato objetivo fue realizar el tránsito del régimen autoritario a un sistema democrático y parlamentario, son sencillamente esclarecedoras. Todo ello analizado con rigor y objetividad.

En Franco y Hitler: España y Alemania y la Segunda Guerra Mundial (2008), analiza las relaciones entre ambos, la ayuda prestada por Hitler al bando nacional en la Guerra Civil, y rompe el mito de la neutralidad de España en la guerra en el oeste europeo hasta la caída de Francia en mayo del 40, que abrió el camino de Franco a sumarse como ‘no beligerante’ al lado del Eje durante al menos dos años y medio. En Hendaya no fue Franco quien frenó a Hitler sino éste al Caudillo. En otras obras como Basque Nationalism (1975), Spanish Catholicism: An Historical Overview (1984) y The Civil War in Europa 1905-1949 (2011), Payne investiga sobre los origines y creación del nacionalismo vasco hasta la formación de la ETA, el catolicismo en España, donde afirma que si hubo un grupo que sufrió persecución y genocidio durante la Guerra Civil a manos del Frente Popular fue la iglesia y el clero católico, y en el medio siglo de guerras civiles europeas, hace un estudio comparado de las mismas en el marco de guerras revolucionarias y de aniquilamiento de los bandos enfrentados.

Personalmente, me cabe el alto honor de haber escrito dos importantes obras con el Profesor Payne; Franco, mi padre (2008), en la que tuvimos la fortuna de que la Señora de Meirás, Carmen Franco, nos diera su testimonio sobre su padre. Fue una fortuna de hechos, en los que que como dice Jacques Monod en El azar y la necesidad, se conjuntaron varias cosas que así lo hicieron posible. A lo largo de varias sesiones conversamos muchas horas con ella, obteniendo un testimonio valioso de quien hacía más de treinta y tres años venía guardando silencio acerca de su padre, su carácter y relaciones con él. No fue un testimonio político, sino profundamente humano y personal, que tuvo una gran repercusión nacional e internacional. El hispanista Hugh Thomas, por ejemplo, alabó la obra en una importante conferencia que pronunció en España.

Y en Franco: A Personal and Political Biography (Wisconsin Press 2014), con versión en español, Franco, una biografía personal y política (Espasa 2014), más amplia y extensa que la editada en inglés y que en breve tendrá una edición en chino, realizamos un estudio objetivo y desapasionado alejado de la hagiografía y de la crítica dogmática sobre la figura de Franco y la naturaleza de su régimen. Dicho trabajo, muy cuidado y escrupuloso, ha recibido numerosas e importantes reseñas críticas en Estados Unidos, Reino Unido y España. Así, historiadores de la talla de Michael Seidman la ha calificado de biografía convincente, Robert Stardling ha dicho que «por fin se nos presenta una obra objetiva y equilibrada y, sobre todo, desapasionada… Es sin duda una de las mejores… Franco cuenta con su propio estudio académico serio», mientras que para Joan María Thomás es una obra objetiva, con una investigación profunda, en tanto que para el prestigioso historiador Walter Laqueur, «este libro, impecablemente basado en las fuentes disponibles y redactado con buen juicio, bien podría ser la obra definitiva», algo que ni el Profesor Payne ni yo nos atreveremos nunca a llegar a afirmar.

Lo que sí hemos afirmado es que se trata de una obra absolutamente desapasionada, con abundancia de fuentes y datos. Y académica. Quizá por ello, ha habido en España a quien desde diferentes sectores no le ha gustado, curiosamente. En la obra analizamos su infancia y niñez y sus diferentes relaciones con sus padres, sus sentimientos personales y afectivos, su formación militar y su dura forja en África, sus relaciones con la corona de Alfonso XIII y durante la Segunda República, las razones que le llevaron a la insurrección armada cuando todo principio de legalidad y de atisbo democrático habían desaparecido en una república que caminaba hacia un proceso revolucionario total; por qué fue designado generalísimo y jefe del Estado, su exaltación a la categoría de mito y de vencedor absoluto en la Guerra Civil, la represión durante y después de la contienda, el retrato y perfil de los grandes dictadores contemporáneos, los años de la máxima tentación en sus relaciones con Hitler y el Eje, los motivos que le llevaron a resistir durante los años de aislamiento y la condena internacional; la explicación de su dictadura personal, los procesos de metamorfosis aun conservando su pensamiento político original, la transformación de España desde el final del autarquismo y la dos décadas de desarrollismo, el por qué Franco renunció al arma atómica cuando prácticamente ya la tenía en la mano, las relaciones con Don Juan y la oposición monárquica, por qué Franco descartó al conde de Barcelona y escogió como su sucesor al príncipe Juan Carlos y sus años de soledad y de crepúsculo del régimen.

Presentamos a un Franco regeneracionista desde la perspectiva de la historia, hablamos de sus éxitos, fracasos y contradicciones y de si el dictador favoreció o no impidió la salida de su régimen hacia un sistema democrático. Considero que en las más de 800 páginas hay capítulos fundamentales como el del colapso de la República, la forja de la dictadura, Franco y la represión de los nacionales, la gran tentación, Franco acorralado, dictador en el desarrollo, y especialmente, Franco y la modernización de España, y el capítulo de conclusiones, en el que examinamos a Franco desde una perspectiva histórica, en el que ponemos el acento en sus contradicciones. Creo que merece la pena recogerlas en este artículo:

«A pesar de la aparente sencillez de algunas de sus ideas clave y de sus declaraciones, Franco fue una personalidad histórica muy compleja que tuvo que enfrentarse a una enorme cantidad de contradicciones. Comenzó siendo un oficial adolescente, débil, aparentemente frágil e insignificante para convertirse en el general más joven y laureado del ejército. Monarca por convicción, a regañadientes tuvo que aceptar la legitimidad de una república democrática. En algún sentido, defendió el orden liberal constitucional de España con mucha más coherencia que buen número de prominentes líderes republicanos, pero de repente acabó desempeñando un papel clave en la insurrección militar, una vez que en gran parte el orden nacional había desaparecido. Un autoproclamado partidario de «las dictaduras cortas» mantuvo con firmeza la suya durante casi cuatro décadas, hasta el mismísimo final de su vida. Un tradicionalista conservador, al principio, se comprometió en una revolución, tildada de «totalitaria», basada en la ideología de la Falange. Aspirante al imperio en connivencia con Hitler, acabó abandonando al dictador alemán por completo y al final liquidó todas las posesiones africanas españolas prácticamente sin violencia. Al principio un firme antagonista de las democracias liberales occidentales, al final acabó negociando importantes pactos con los Estados Unidos para la defensa y cooperación, aunque siempre se mantuvo en guardia porque mantenía la convicción de que el mundo occidental estaba siendo socavado por la masonería, su bestia negra. Resistió con firmeza las peticiones de una base naval alemana en Canarias, y sin embargo consintió en tener bases americanas en el propio territorio peninsular, aunque posteriormente intentó limitar su uso. Inició un riguroso programa de autarquía económica sólo para después entregarse al un capitalismo más liberal, inventando el «modelo chino» avant la lettre. Siendo un anticomunista visceral, habló con respeto y admiración de Ho Chi Minh, como líder del nacionalismo vietnamita y aconsejó a Lyndon Johnson que no entablara una guerra con el asiático. Resistió tenaz a los monárquicos que apoyaban a Juan de Borbón, y sin embargo restauró la monarquía en la figura del hijo de éste, designándolo como su propio sucesor. Tenaz antiliberal y antidemocrático durante toda su dictadura, en sus últimos años aceptó el hecho de que su sucesor liberalizaría las instituciones… aunque quizá no se percató de hasta qué punto. Siendo un devoto católico e hijo de la Iglesia, y promotor de la recatolización de España, en sus últimos años fue abandonado, e incluso criticado, por el Vaticano, de quien decía que lo había apuñalado por la espalda».

Además de toda esta obra monumental, el Profesor Stanley Payne ha publicado centenares de artículos académicos en publicaciones especializadas en Estados Unidos, Francia, Alemania, Inglaterra y España, reseñas críticas en las páginas más prestigiosas de diarios y suplementos culturales de muchos países, ha escrito decenas de prólogos a diferentes obras de autores como Luis Palacios (La Segunda República (2009) y a sus cinco volúmenes Las bases de la España actual (2016-2017), Javier Esparza (El terror rojo en España. Una revisión de la Causa General (2009), Isabel Durán y Carlos Dávila (La gran revancha. La deformada memoria histórica de Zapatero (2006), César Vidal (Las Brigadas Internacionales (2006), Daniel Kowalsky (La Unión Soviética y la Guerra Civil española (2003), Roger Griffin (A Fascim Century (2008), Niceto Alcalá Zamora (La victoria republicana 1930-1931 (2012) y a dos estudios de este autor La España totalitaria (1999) y (Las cartas de Franco (2005), entre otros muchos. Ha sido editor y coeditor de diferentes obras de autores como Franklin Watts, Javier Tusell, Delia Contreras y David J. Sorkin y John S. Tortorice, y con Walter Laqueur ha sido coeditor durante más de 25 años de la prestigiosa revista Journal of Contemporary History. Stanley Payne ha sido Hilldale de la Jaume Vicens Vives, Doctor Honoris Causa por la Universidad CEU-Cardenal Herrera Oria en 2004, Doctor Honoris Causa por la Universidad Rey Juan Carlos en 2016, es académico de la Real de Historia y de la de Ciencias Morales y Políticas y está en posesión de la Gran Cruz de Isabel La Católica. En 2011 fue finalista al Premio Príncipe de Asturias en la categoría de Ciencias Sociales, donde unos mezquinos y reducidos criterios políticos le arrebataron ser distinguido con dicho galardón, que, sin duda alguna, merece con toda justicia. Sin embargo, ha tenido la satisfacción de ser distinguido ‘Español del Año’ en 2013.

En julio de 1999 tuve la fortuna de conocer personalmente al Profesor Stanley Payne durante un curso de verano en El Escorial. Allí estaban el catedrático Ángel Bahamonde y Javier Tusell, entre otros. Durante el almuerzo compartí con Payne varias ideas. Le agradecí sus referencias a mi obra Los papeles secretos de Franco (1996), que escribió en su Franco y José Antonio, el extraño caso del fascismo español (1988), y el prólogo que me había hecho para la España totalitaria, que se editaría en unos meses. Desde entonces empezamos a mantener un contacto fluido y permanente por correo y por teléfono. En sus viajes a España, regularmente en otoño-diciembre y en primavera, siempre nos hemos encontrado y charlado profusamente. A lo largo de los años fuimos intercambiando ideas y proyectos. Y he aprendido mucho de su maestría y profundos conocimientos.  En la primavera de 2004 me invitó a una estancia en Wisconsin donde pronuncié alguna conferencia en la Universidad de Wisconsin sobre los atentados del 11 de marzo. Ay, qué gran momento compartimos de animada charla en el porche de su casa de Wisconsin ante una fuerte lluvia saboreando dos excelentes habanos.

Con Payne he tenido el honor de compartir actos académicos, conferencias e infinidad de conversaciones, almuerzos y cenas con grupos de historiadores, profesores, académicos y amigos. Recuerdo de manera especial una cena con Ewdard Malefakis pocos años antes de su triste fallecimiento. Hemos viajado por diferentes lugares de España buscando raíces culturales y conociendo su gastronomía y sus vinos, sobre los que Payne es un gran experto, al igual que en cigarros habanos. He tenido el honor de que presentara alguna de mis obras, y juntos hemos presentado y escrito artículos sobre las nuestras, y compartido presentaciones y seminarios en la Universidad Rey Juan Carlos, organizados por el departamento del catedrático Luis Palacios, entre otros. En 2013 constituimos en el seno de la Facultad de Políticas (UCM), la Sociedad de Estudios Contemporáneos Kosmos-Polis (SEC Kosmos-Polis), con el catedrático Manuel Pastor, director del departamento, la profesora Alesia Slizhava, directora de Kosmos-Polis y yo mismo, y de la que el Profesor Payne es su presidente de honor. Desde entonces hemos realizado algunas actividades memorables, como la magistral conferencia que en marzo de 2016 Stanley Payne pronunció en el CESEDEN sobre los antecedentes inmediatos a la Guerra Civil, el camino al 18 de julio, y que tanto éxito y resonancia tuvo. Dicha conferencia se puede encontrar en la web de la plataforma www.kosmospolis.com Nuestro próximo reto será una nueva obra. Todo un gran honor al poder volver a compartir una nueva investigación académica junto al hispanista de mayor relevancia y prestigio universal, cuyo nombre -Stanley George Payne- y excelsa obra, están ya en la historia.

 

 

Acerca de Jesús Palacios

Jesús Palacios es periodista e historiador especializado en Historia Contemporánea. Ha sido profesor de Ciencia Política y es colaborador honorífico de la Facultad de Ciencias Políticas (UCM). Miembro del Consejo Editorial de la revista www.kosmospolis.com y autor de "Los papeles secretos de Franco", "La España totalitaria", "23-F: El golpe del Cesid", "Las cartas de Franco", "Franco y Juan Carlos. Del franquismo a la Monarquía" y "23-F, el Rey y su secreto". Es coautor junto con Stanley G. Payne de "Franco, mi padre" y "Franco, una biografía personal y política", con ediciones en (Wisconsin Press), Estados Unidos, (Espasa), España y China. El general Sabino Fernández Campo, que fuera jefe de la Casa de Su Majestad el Rey Juan Carlos I, ha afirmado que: “Jesús Palacios es un escritor importante, que proporciona a sus obras un extraordinario interés y que las fundamenta en una documentación rigurosa y casi siempre inédita hasta entonces”... “A Jesús Palacios le deberá la Historia de los últimos tiempos muchas aclaraciones que contribuirán a que en el futuro se tenga un concepto más exacto, más neutral y más independiente de lo sucedido en momentos decisivos de la vida de nuestro país.”